Este fin de semana, el Teatre Auditori Camp de Mart será el escenario idóneo para el debut de Marina Rossell en versión sinfónica, a cargo de la Franz Schubert Philharmonia, bajo la batuta de su propietario, el maestre Tomàs Grau. Un gran evento artístico.
Marina Rosell tiene una mirada privilegiada, bien marcada, con un toque polivalente, siempre afinada y, encarando más que nunca, con el aporte de una interpretación comprometida con quien canta, la única forma en que la veo no es sólo fisiológica sino también de el alma Arrodonirà aquesta identificació amb el repertorio que ha triat, “Basado en mi gusto personal, cançons that em commono”, ens diu al otro lado del teléfono, a punto de instalarse en Tarragona para tocar en el balcón del Mediterráneo, el mar que tanto estima y que sabe desde que paró, de Ben Xiqueta, lo llevará de Gornal a Torredembarra a comprar jardineras.
Comenta algunas de las canciones que harán el truco. se han recuperado la canción espiritual de Joan Maragall, en un momento en el que estamos redescubriendo los caminos de la trascendencia, los de nuestra lengua y nuestra cultura. Espiritualidad frente a uno de los himnos más universales de Lluita, el clásico despedida hermosa, que si bé pasa a la historia a través de los guerrilleros italianos que lucharon contra el feixismo –quanta actualitat…— precisa que “originalmente era el canto de los dones del norte de Italia que reivindicaba las condiciones de trabajo en los campos de arròs” de la patria de risotto. I la barreja entre esperit y lluita que representa la Grândola, Vila Morenade Xosé Afonso, que será la música a contraclave de la Revolució dels Clavells que acabará con la dictadura portuguesa, “l’himne d’un poble” que sonará con la orquesta y seguro que lo verá el primer poli. morir de una lámpara ens diu que es el estado de gracia creativo más reciente de la compositora (parte de su disco más oscuro, “300 crits”, 2021). barco del tiempobasada en un poema de su estimado Salvador Espriu, podría ser la pieza más sinfónica que he tenido, gracias a los arreglos de Josep Pons, actual director de orquesta del Liceu.
“Cantando con una orquesta –concluye– siento el estruendo de la música, tengo la impresión de estar rodeado y ocupándome de un accelerando o sumergiéndome en un pianissim. Sentir las capas de la música es brutal, capas tan diferentes al metal, la corda, la fusta… Sonoritats germánicas. Trabajo con Mestre Grau, porque domina a todos, con las dos sensibilidades, es un privilegio. Espero que la gente gaudeixi com jo gaudiré».
Tomàs Grau se muestra muy satisfecho de que un proyecto de tiempo de palabra con el cantante se materialice en unas versiones sinfónicas que ha encargado al compositor Gerard Pastor, tanto para su estreno absoluto en Camp de Mart, como para las dos giras previstas para el 2024-25 estación. Mestre Grau afronta el nuevo espectáculo con un cantautor con experiencias en el campo de la música popular con Llibert Fortuny, Manuel Camp, Joan Dausà y Chano Domínguez, entre otros. Sigui com sigui, Grau considera que “la música es buena o dolorosa, sea popular, sinfónica, coral, de banda… Hay cantautores que son grandes compositores, que son discretos, y que son aficionados a pensar, no No aportará mucho. Con la Marina, eso está claro. Estamos muy contentos de trabajar con ella”.
Completa el espectáculo con la música de plata Astor Piazzolla, uno de los más inspirados y reconocidos creadores de la música latinoamericana, extraordinario aliado entre lo popular y lo sinfónico, con una pieza muy especial, la Sinfonietta Op. 1que el maestro dirigirá con la particular emoción de Assajar-la con la partitura original.
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