Desde hace varios días, las redes sociales se han llenado de imágenes de distintos vecinos denunciando el mal estado de limpieza en distintas calles de Tarragona. Lamentablemente, esta es una imagen común, que se intensifica en verano, ya que la ciudad multiplica su población durante los meses de verano. Por eso decidimos hablar con diferentes representantes de los barrios para que nos dieran información de primera mano sobre el estado de los diferentes barrios de la ciudad.
El resultado común de las diversas entrevistas realizadas es el esperado: “la ciudad está particularmente sucia”. Los adjetivos “desgraciados” y “desagradables” son frecuentes entre los vecinos, que centran sus quejas en la mala gestión de la recogida de basuras, que produce intensos malos olores con la llegada del calor, y la falta de limpieza de excrementos de palomas u hojas muertas, que ocupan todo el suelo.
problemas de verano
Para muchos, más allá de la gestión del servicio, “existe un claro problema de descortesía”, aunque algunos apuntan que “el mal estado de las calles hace que la gente se porte aún peor”. Hay representantes vecinales que consideran que la solución para acabar con las actitudes incívicas es “aumentar las multas y la presencia de la Guardia Urbana”, otros, sin embargo, tienen más confianza en la sociedad y realizan “campañas de educación municipal”.
Para Sonia Orts, responsable de limpieza del ayuntamiento, “la falta de civismo es una causa, pero no la principal”. Para reducirlo, Orts se compromete a “aumentar la Guardia Urbana local y crear la figura del sereno”, todo ello sin dejar de lado “la puesta en marcha de campañas de prevención”.
Uno de los puntos que más demuestra el mal comportamiento de los ciudadanos es la recogida de objetos voluminosos, los meses de junio y julio son cuando más cosas se tiran normalmente a la calle. El ayuntamiento dispone del Teléfono Verde para gestionar este tipo de residuos. Los testimonios señalan que “el servicio funciona muy bien, pero muchos lo ignoran” generando regularmente imágenes de muebles y otras herramientas junto a los contenedores.
Las multas por depositar objetos voluminosos oscilan entre los 1.000€ y los 4.000€, Orts asegura que la detección de estas prácticas es muy rápida cuando se producen en la ciudad”.
Además de intensificar los malos olores y aumentar la población de ciertos animales e insectos, durante el verano la ciudad ve crecer considerablemente su población. Una situación bien conocida en el distrito de La Mora, “la gente que viene hace lo que quiere”, explica el presidente del distrito, que lamenta que “en un lugar como este el trabajo es el mismo en verano que en invierno”, pero la población “puede triplicarse”.
Esta afirmación ha sido recogida por el nuevo Gobierno y Orts asegura que “este verano se fomentará la presencia de trabajadores en las zonas turísticas” y “se pondrá en marcha una revisión de limpieza por las tardes durante los meses de verano”.
EPP, UMA y concejales distritales
Para cualquier situación que preocupe a los vecinos, el Ayuntamiento pone a disposición del EPI, un sistema de avisos a través del teléfono móvil. Sin embargo, muchos usuarios afirman que “no funciona como debería” y emiten quejas sin recibir respuesta. Orts considera que “es un buen sistema”, pero admite que hay cosas que mejorar y apuesta por “el nuevo contrato de limpieza” para solucionar los problemas existentes.
La Unidad de Medio Ambiente (UMA) de la Guardia Urbana tiene la mejor valoración y, en general, se dice que es un servicio “rápido y eficaz”.
El Orts considera que estos dos servicios y otros, como las cámaras de videovigilancia, “forman un buen equipo de control y comunicación”, pero considera necesario “mejorar los circuitos de comunicación y hacer llegar mejor las herramientas a los ciudadanos”.
Al final, muchos de los problemas fueron resueltos por los representantes del distrito que se comunicaron directamente con el consejo. Es el caso de los vecinos de Arrabassada, que, tras 15 días sin limpiar, recurrieron a la recién nombrada concejala de barrio, en su caso, Isabel Mascaró. Gracias a este contacto lograron encontrarse con el equipo de limpieza que aseguró no estar “al tanto de la situación”.
En general, los vecinos valoran positivamente las herramientas disponibles e informan que “finalmente se están solucionando problemas graves”, sin embargo, en el día a día, la sensación general es que “la ciudad está sucia” y “hay que trabajar más intensamente, mejorando la recogida y aumentando la limpieza con agua”, para acabar con este problema que “parece endémico”.
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